Vanessa Loya participó, junto con el taller Max Cetto, del 5 al 12 de septiembre de 2014 en el workshop internacional que se organiza desde el 2010 entre la Pontificia Universidad Católica del Perú, École Nationale Supérieure D’Architecture Paris- Belleville, Universidad de los Andes, y Universidad Nacional Autónoma de México, donde el objetivo se centró en la reflexión de la ciudad de México, y el agua. También con la participación de los arquitectos Sandra Barclay y Jean Pierre Crousse y Laurent Salomon.
El recuerdo de ella como la urbe en el agua, pasando por etapas como el estar cerca del agua, hasta llegar a nuestros días a ser una ciudad sin ese elemento vital.
Es alarmante saber que en el país el 93% de los ríos tienen algún grado de contaminación, donde los del DF no son la excepción y por ello planteamos revisar la situación actual de uno de los dos únicos ríos que quedan a cielo abierto en la ciudad: El río Magdalena de 28 km de longitud.
Proponer una estrategia urbano arquitectónica que logre conciliar el terriotrio natural con el urbano, intentando dar respuestas a los diferentes factores que intervienen: urbanos, ambientales, sociales.
Es paradógico que saquemos el doble del agua de lo que se infiltra y que la que es captada pluvialmente sea sacada hacia el canal Nacional.
El recuerdo del agua: Sin duda el Valle de México sufre de inundaciones, no sólo por su condición natural, sino porque al no tener pavimentos aptos para la filtración hay una saturación y estancamientos en las coladeras que provocan inundaciones y cuya agua se va en el drenaje. Esto sumado a que se sigue construyendo en zonas de recarga, a que el 40% del agua que entra a la ciudad se va en fugas y a la poca conciencia de la población, ha dado como resultado un territorio árido, cuya memoria es sólo un recuerdo y con problemáticas fuertes como contaminación, discriminación y privatización del agua.
Debemos ser consientes de que todos tenemos derecho al agua, así como a la vivienda y la ciudad, y para hacerlo valer, debemos organizarnos socialmente, hacer conciencia individualmente y con pequeñas acciones sumarlas hasta generar un movimiento social que demande cambios con acciones y determinación.
En torno a estas reflexiones, los alumnos se verán involucrados en leer, diagnosticar y entender el sitio, para que en cuyo contexto generen propuestas de estrategias que respondan en lo urbano y en lo arquitectónico en relación al Río Magdalena, en el tramo comprendido entre las calles Francisco Sosa y Madrid que es donde vuelve a salir antes de entubarse con Río Churubusco.